Quizá lo que te te voy a contar a continuación no te inrterese.
Quizá no sea tu preocupación.
Pero también podría ser algo en lo que estés pensando el resto de la semana.
O cada vez que lances algo al mercado.
O cada vez que presentes tu empresa a algún potencial cliente.
O cada vez que intentes contratar a alguien en el que tienes mucho interés.
En el año 2001 la situación de Apple era todo menos tranquila.
Steve Jobs había vuelto a la empresa cuando estaba a tres meses de la insolvencia.
Había reestructurado la propuesta comercial, eliminado un montón de productos, reorganizado la producción, diseñado una estrategia de comunicación impactante y un largo etcétera
Pero las empresas no crecen y ganan dinero de forma sostenible solo reorganizándose.
Había que crear nuevos productos y lo que creasen tenía que venderse.
Y mucho.
Necesitaban un éxito arrollador y se la jugaron todo a un producto.
Un producto que tenía que lograr volver a llenar las arcas de la empresa.
Y volver a ponerla a la vanguardia de la innovación no solo de productos, también de su relación con los clientes.
Crear productos innovadores es relativamente fácil
Lo difícil es que se cree un producto innovador que te lo quiten de las manos.
Según Clayton Christensen, profesor de la Harvard Business School, al año se lanzan cerca de 30.000 nuevos productos al mercado y el 95% fracasan.
Y eso a pesar de que los grandes hacen focus group, estudios de mercado y todas esas chorradas que puedes hacer cuando tienes mucha pasta.
¿Recuerdas aquellos televisores curvos que hace unos años lanzaron todas las grandes marcas de TV?
Pues eso.
No hay ningún estudio, focus group o encuesta que sustituya a hacer el lanzamiento del producto y dejar que hable el mercado.
El producto que eligió Jobs para intentar cambiar el destino de la empresa fue el iPod.
Era un producto revolucionario.
Querían revolucionar la industria musical.
Un Walkman de aquellos de Sony almacenaba hasta unas 50 canciones
Un iPod almacenaba 1000 canciones.
Las diferencias técnicas eran espectaculares por lo que cualquiera podría decir aquello de… “Dejemos que el producto hable por si mismo”
Pero había un pero…
¿Cuándo no hay un pero?
Siempre hay un pero.
Podías comprar un Walkman desde 100$ (el premium 200$) y el iPod salió al mercado por 399$
Así que tenían que convencer al mercado que se gastase el doble de la mejor opción existente.
El doble
Por que yo lo valgo.
Cualquiera pensaría que sacar un producto al doble de precio que el del TOP del mercado era una locura.
Dicen que Jobs estaba como una cabra, pero no era un cualquiera.
En cuanto a marketing, comunicación y ventas era… Era Steve Jobs.
Con ese producto en la fábrica, una empresa con enormes dificultades y miles de trabajadores decidió que debía dedicar tres semanas a la preparación de la presentación del lanzamiento.
3 SEMANAS
Steve Jobs 3 S3MANAS
Esa presentación fue un hito en la historia de Apple.